Santa María, Madre de Dios
Hemos dejado ya atrás un año más y nos disponemos a comenzar un año
nuevo. En estos momentos nace casi espontáneamente en nosotros la
reflexión. Tomamos conciencia más lúcida del tiempo, de esa curiosa realidad
que vamos gastando sin tomarla demasiado en cuenta.
Son momentos idóneos para realizar un balance del pasado y proyectar
también nuestra mirada hacia el porvenir.
Muchas cosas que nos angustiaban y nos parecían casi insuperables ya han
pasado. Hoy nos parecen insignificantes y sin importancia. Mirando hacia
atrás, los días que fueron duros tienen un aspecto diferente. Ahora nos
sentimos más tranquilos y serenos, incluso, ante lo que ahora nos agobia y que
también un día pasará.