lunes, 22 de octubre de 2012

Brilla el misterio de la Cruz (XVII)


“Fue crucificado por nosotros.
Su Cruz es nuestra vida, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
Él es el Misterio escondido, alegría inefable...

Gracias a la Cruz, la humanidad que la lleva ahora
no puede ser separada de Dios.
Es una fuerza vivamente deseada e inseparable de Dios.

Nuestros labios no lo pueden expresar debidamente.

En un tiempo estuvo oculto, ahora se nos revela como Misterio.

Se muestra a los fieles, no como simple apariencia, sino en su realidad.
Es la Cruz en la que nos gloriamos, para ser gloriosos también nosotros.

Por la Cruz, los fieles perfectos que la llevan se separan de todo lo que es sensible y visible como de algo que no es real.

Vosotros, los fuertes, buscad en ella vuestra fuerza,
cerrad vuestros oídos visibles,
cegad vuestros ojos exteriores,
para conocer la voluntad de Cristo
y todo el Misterio de vuestra liberación"

(Testamentum Domini)